Para realizar tareas complejas a una escala microscópica, los investigadores del instituto de tecnología de California han conseguido construir y programar dos "robots moleculares" a los cuales se les ha inyectado ADN.
El primero de los nanobots tiene forma de araña y se puede programar incluso para que tome decisiones por si mismo. Este pequeño robot es capaz de dividir secuencias genéticas gracias a que sus patas son enzimas de ADN. También es capaz de recrear o dividir cadenas de material genético.
El segundo nanorobot es una especie de cadena de montaje, que se puede deslizar fácilmente por las cadenas de ADN gracias a sus cuatro patas y sus tres manos. Tiene un tamaño muy pequeño, tan sólo unos nanómetros, que son una milmillonésima parte de un metro. Este pequeño robot está diseñado para ensamblar cualquier tipo de materiales, incluso los artificiales.
A partir de estos microbots de ADN se podría llegar a la creación de legiones de estos, formando una fábrica en potencia de cualquier dispositivo. Serían capaces de fabricar nuevos materiales que hasta ahora sólo se habían soñado.
Los nanobots podrían repararse o reconstruirse a sí mismos, o decidir si la célula que tienen enfrente es cancerosa y debe por tanto ser destruida.
Otras aplicaciones posibles según la programación de estos seres podría ser mantener en forma a una persona que lo necesite, como por ejemplo, a un astronauta o en el caso de que fuese un grupo de robots, podrían combatir un tumor.
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